Pensamos que seria un atardecer romantico. Mirabamos el cielo despejado, sin ni una nube decorandolo. Era como una enorme pintura celeste con pinceladas blancas donde el sol se despedia para dar lugar al anochecer. Una suave brisa me conto que me querias. No supe si creerle, o reirme para ver si te brillaban los ojos. No quiero mentirte, pero esta tarde supe que habia algo increible que nos unia… no rompas este triste corazon, no de nuevo, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Regresa pronto n.n